Sinceramente yo no tenía idea quien era Oliver Jeffers, pero el pasado miércoles me llevé una grata sorpresa.
Grata por la calidad de su trabajo. Y no sólo por la técnico, sino que por la forma en la cual hace su trabajo: inspirado en sus vivencias y llevado a sus ideas. Comunicador visual de profesión y artista por elección. Habló casi de todo: su vida, su paso por la universidad, su conexión con la acuarela y la relación de amor y odio con Photoshop. Yo me hice una pequeña promesa: “Si su trabajo me sorprende, me compro su libro”, y lo logró. Asertivo y comunicador en sus dibujos, utilizando en gran medida el juego de las escalas en sus dibujos, mostrándonos a todos sus influencias.
Sus cuentos son para niños, pero en la charla hubo una interesante pregunta: ¿Cuando piensas en crear un cuento, piensas en cómo lo va a leer un niño? Su respuesta fue: “No…sinceramente no, si pensara así, no lo podría hacer…”
Por Carlos Varas
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